¿ Un libro basta para definirte?

«Will es un chico muy rebelde  con una inteligencia increible.  El descubrimiento de su talento por parte de los académicos le obligará a elegir entre seguir con su vida de siempre -un trabajo fácil, buenos amigos, muchas cervezas y alguna bronca- o aprovechar sus grandes cualidades intelectuales en alguna universidad. Sólo los consejos de un solitario y bohemio profesor le ayudará a decidirse»

Esta escena de esta película me encanta… un chico superdotado pero que no aprovecha su capacidad… ¿ cuántas veces vemos eso en el aula? muchas, verdad? .

¿ Cuántas veces también vemos que nos definen solo por lo que dice un libro? tu eres un «tal» porque tienes todos los síntomas… un libro NO basta para definirnos, para etiquetarnos, ni a alumnos , ni a profesores, ni a padres, ni a la sociedad en general, desde mi punto de vista… pero quizás como dicen en esta escena muchas veces tenemos miedo de implicarnos emocionalmente y nos dejamos llevar… ¿ triste, no?

One thought on “¿ Un libro basta para definirte?

  1. Bueno, estoy de acuerdo en que ninguna teoría basta para definirnos, ni un sólo acto o comportamiento; somos seres complejos, con motivaciones complejas y ni aún nosotros nos conocemos completamente. Así que encasillar los alumnos está mal, claro.
    No obstante no he tenido tanta suerte como tú y no he encontrado alumnos superdotados en mis clases. Me parece que estos alumnos necesitan una atención especial y no debe de ser fácil proporcionársela.
    Tal vez, pienso, el desafío mayor sea darnos cuenta de que las capacidades de nuestros alumnos son especiales y de un gran potencial, aunque no sean superdotados, y enormemente importantes porque son las suyas, irreemplazables. Es como la pena, que siempre hay alguien con más problemas que tú, pero eso no cambia el hecho de que tengas que aprender a encarar la tuya.
    Me apena también que, cuando hablamos de superdotados, en general, solemos referirnos a lo que tradicionalmente se entiende como inteligencia, y nos olvidamos de la capacidad para reconocer y trabajar con las emociones, de las artes, del deporte… Miguel Ángel es uno de mis pintores favoritos y tengo entendido que era un zote en la escuela; con la LOMCE, suspendería la reválida de final de ESO y no podría acceder a un bachillerato de arte, ni tal vez a un ciclo de FP. A lo mejor el Renacimiento se perdió a un excelente fontanero o ganadero.

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