El valor de la educación y la fórmula para hacerlo crecer está en DAR TU TIEMPO. Cuando los demás se sienten atendidos y entran ‘engage’ en la comunicación, ahí podemos decir que estamos educando porque estamos NEGOCIANDO con casi todo. ¿Cómo conseguimos captar la atención de los que son más inquietos o más rebeldes? Estando de su lado pero marcando el ritmo. ¿Y eso cómo se hace? Paso a paso. Sin correr pero sin parar. Estoy pensando en un alumno que es una esponja para lo bueno y para lo malo. Imita practicamente todo. Esto es normal con 6 años. Desafortunadamente, oye expresiones como ‘maldita sea’, y otros insultos que hacen daño a nuestro sistema auditivo… Por ello, lo importante es reaccionar y parar el comportamiento verbal o no verbal negativo. Y me diréis que cuándo se hace esto. Pues a través de los juegos de mesa o juegos de equipo por parejas en los que todos juegan, ahí es el momento de hacer el spring final. Justamente es en el momento del juego donde este tipo de comportamientos a corregir afloran, ya que el alumno se encuentra en una situación de ‘libertad’, por decirlo de alguna manera, no se siente presionado por cumplir demasiados objetivos académicos, y la personalidad se destapa. Esto es muy bueno. Ahi el profesor se da cuenta de qué alumno te la puede liar casi siempre, a menos que vayas tratando y limando estas pequeñas cosas, que en realidad son nuestro trabajo también como porfesores.
Quiero iniciar aquí en este blog una serie de casos de alumnos difíciles y ofrecer soluciones. Es una gran ayuda la experiencia de los profesores para resolver conflictos de todo tipo. Principal arma, la observación activa.