No es que sea muy actual, pero acabo de leer este artículo que, aspectos ideológicos aparte, es muy recomendable de leer. Para mí es la forma en la que una entidad privada se ha metido en la enseñanza pública sin pedir más que el permiso de los jefes. Defiendo la libertad de elección de centro de los padres, pero quienes han elegido la pública deberían tener derecho a opinar sobre las «buenas intenciones» de la fundación que lidera la esposa de Botín. Y yo no he oído mucho de ello. Os dejo el enlace.